Reseña: Maus de Art Spiegelman

octubre 10, 2018
Maus es la biografía de Vladek Spiegelman, un judío polaco que sobrevivió para poder contar lo que sufrió antes, durante y después del Holocausto nazi. Esta novela gráfica, de la cual es autor Art Spiegelman, fue publicada entre los años 1978-1991 y posteriormente se editó en dos libros en 1986 y 1991. Para muchos esta es la Historia del Holocausto, pero en realidad esa no era la intención de Spiegelman, sino tratar de entender la relación con su padre. La novela es una entrevista que Art le va haciendo a su padre sobre sus vivencias en uno de los episodios más horrorosos (y vergonzosos) de la historia de la humanidad. Y de eso trata, del intento de Art por entender el pasado de su padre, que forma parte de él y de sus orígenes. Vemos la inestable, compleja y quebrada relación entre padre e hijo, y el intento de este último por entender la vida de su padre, su pasado, su manera de ser y sobretodo recuperar la memoria generacional, y para ello el autor intercala el presente con el pasado haciendo uso de un estilo narrativo y compositivo que guían al lector por las sendas temporales, sin que se pierda por el camino. La madre de Art, Anja, se suicidó cuando este tenía 20 años. Y su padre decidió quemar las memorias que ella había escrito porque le producía un dolor inmenso (Art lo llega a calificar de ‘’asesino’’). También Art decide convertirse en artista, porque como bien afirma, no quería asemejarse en nada a su padre. A este último le parecía ‘’inútil’’ ser artista. Él decide volcar sus emociones y vivencias en los cómics porque pensaba que su padre jamás llegaría a leerlo, y cuando lo hace eso le sorprende.


Lo que a priori más llama la atención de Maus es la representación de las diferentes naciones por animales antropomórficos, como una especie de Rebelión en la granja o una fábula. Los judíos son representados por ratones (víctimas), los alemanes como gatos (victimarios), los polacos como cerdos y los americanos como perros. Además, es muy acertada la elección del ratón-judío porque es la concepción que tenían los alemanes (la raza ‘’aria’’) sobre los judíos y frente a ellos eran criaturas indefensas y débiles. La manera en la que eran tratados, los sitios en los que se tenían que esconder (hay una escena donde Anja se asusta de ver una rata), la forma de alimentarse, la condición de vida en el gueto y en los campos de concentración. Es una buena metáfora para representar lo que vivieron los judíos durante el Holocausto nazi.

Por otra parte, Maus me parece una obra muy innovadora. El autor apostó por una historia contada en miles de ocasiones, que ha sido llevada al cine, a la literatura, a la pintura…a diferentes medios artísticos. Y él decidió darle vida a través del cómic, que nunca ha sido valorado como se merece (o al menos nadie se hubiese pensado que el Holocausto se hubiese podido contar en este medio). Todo un riesgo (y acierto). Los flashbacks, la forma simplificada de los personajes y escenarios, el trazo nervioso (influenciado por el expresionismo), el ritmo, el blanco y negro y el trazo negro y grueso que aumenta esa sensación de crudeza y que en ocasiones parece que vaya a engullir a los personajes dentro de la negrura, la disposición de las viñetas y la composición. El hecho de esta simplificación de la forma y figura nos conlleva, por una parte, a centrarnos más en el guion. Es tan rompedora que en su día se creó polémica alrededor de que un cómic se atreviera a contar el Holocausto nazi. Un primer boceto de Maus nos muestra una caracterización de los ratones más humana, sin embargo, en el boceto definitivo el autor optó por crear una distancia emocional y evitar cualquier conexión sentimental con el lector. Sin embargo, me llamó la atención la inclusión de dos fotografías reales: la de Richieu y la de Vladek. Esto interrumpe el ritmo de la lectura, crea impacto porque es real, tan real que es cuando te das cuenta de que la historia que estás leyendo cobra sentido y vida. Ya nunca la olvidarás ni olvidarás esas miradas que reflejan terror y tristeza (e incluso ganas de vivir).


Me parece de gran maestría por parte del autor que cuente tantas cosas y transmita tantos sentimientos en tan poco espacio. Para mucha gente sería una novela de gran volumen, sin embargo, a mi parecer es corta para todas las cosas que cuenta. Este cómic cuenta la historia de Vladek, Anja, Richieu, Mala, Artie y muchas de las personas que se cruzan por su camino en esta terrible odisea. Sin embargo, durante su lectura he tenido la sensación de que cuenta la historia de todos los judíos, tanto de los que sobrevivieron como de los que, por desgracia, fueron asesinados. Es una novela biográfica (y autobiográfica), sí, pero también es una novela que rescata la memoria histórica de toda una generación. Abarca nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Todo eso en 296 páginas. Hay un momento en la novela, en la segunda parte, donde Art, mientras está en su estudio dibujando lleva puesta una máscara de ratón, y debajo está su apariencia humana. Mientras, en el suelo se amontonan miles de cadáveres de ratones y hay unos periodistas entrevistándolo, que también llevan máscaras puestas (de perro y de gato). Esto podría simbolizar la presencia del pasado en el presente. Hay un momento en la historia donde también se usan máscaras, y es cuando Anja y Vladek se esconden para no ser atrapados, camuflándose.
Esta novela me ha emocionado, me ha hecho estremecer, me ha hecho reír y llorar, me he puesto en la piel del padre y del hijo, pero sobretodo me ha puesto la piel de gallina. Y es que logro entender a Art, en su intento por comprender su pasado generacional, por intentar arreglar de alguna manera la relación con su padre. Pero también entiendo a Vladek, ese sufrimiento por todo lo vivido, por todas las personas que ha perdido durante el camino, la soledad que sufre por la pérdida tan cruel de Anja. Es cierto que en muchas de las escenas vemos que es egoísta, tanto con su hijo como con Mala. Pero lo que me transmite es lástima. Todos estos sentimientos logran ser transmitidos, junto con los elementos nombrados anteriormente, con el guión, el lenguaje que usa Art, esos verbos mal conjugados por su padre, el uso de la negrita para palabras clave, la forma de contar la historia: el duro pasado mezclado con un presente donde se ve que la forma de ser de Vladek es una consecuencia de su vivencia en el Holocausto. Porque como bien dice François, la esposa de Art: ‘’ Ya. Pero en cierto sentido no ha sobrevivido’’.




Número de páginas: 296

Editorial: Literatura Random House

Os dejo esta entrevista que dio el autor en la Universidad de Washington, en 1991:


Y también este mini-documental de Maus:




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