Reseña: La desaparición de Stephanie Mailer, de Joël Dicker

julio 01, 2019
Joël Dicker | Alfaguara | 656 págs | 2018

La desaparición de Stephanie Mailer es la primera novela que leo de Joël Dicker, un autor del que he leído siempre buenas reseñas. Y aunque iba con muy buenas expectativas, la verdad es que las ha superado totalmente.



La noche del 30 de julio de 1994 la apacible población de Orphea, en los Hamptons, asiste a la gran apertura del festival de teatro. Pero el alcalde se retrasa... Mientras tanto, Samuel Paladin recorre las calles vacías buscando a su mujer, hasta hallar su cadáver ante la casa del alcalde. Dentro, toda la familia ha sido asesinada. Jesse Rosenberg y Derek Scott son los dos jóvenes policías de Nueva York que resuelven con éxito el caso, pero veinte años más tarde, en la ceremonia de despedida de la policía a Rosenberg, la periodista Stephanie Mailer lo afronta: pretende que Derek y Jesse se equivocaron de asesino a pesar de que la prueba se hallara delante de sus ojos, y que ella posee información clave. Pero días después, desaparece. Así se inicia este colosal thriller que avanza en el pasado y el presente a ritmo vertiginoso, sumando tramas, personajes, sorpresas y vueltas de tuerca, sacudiendo e impulsando al lector sin freno posible hacia el inesperado e inolvidable desenlace.


Sin duda, esta novela es de esas que a pesar de tener 650 páginas, no te duran ni un suspiro: pasas las páginas sin darte cuenta, quieres saber y leer más y más e incluso sacrificas algunas horas de sueño. A las pruebas me remito, he tardado 1 semana en leerlo.

¿Cómo ha logrado Dicker engancharme tanto? Es obvio que sabe crear una narrativa adictiva, dosificando muy bien las revelaciones y las nuevas informaciones, que hacen que el lector quiera seguir leyendo. También lo consigue a través de la alternancia entre los dos espacios temporales: 1994 y 2014, y el hecho de que los capítulos del 2014 sean una cuenta atrás de la representación teatral. Solo quieres saber qué pasará ese día.

Una de las cosas que más me ha gustado es que la historia tiene varios narradores: Jesse, Anna, Derek, Steven, Meta, Dakota... Eso hace que podamos conocer su historia y conectar con ellos. Aunque también es una cosa que se volvía en contra a veces, pues al final de la historia, cuando faltaba poco para la resolución del caso, creo que retardaba un poco la acción y tampoco logré saber qué pintaban algunos personajes en la historia. De todos ellos los que más me han gustado han sido Anna y Dakota. La primera sufre el machismo dentro de la policía en sus carnes y ese punto me ha gustado porque le ha dado más madurez y realismo a la historia. La segunda es una adolescente que tiene un pasado tormentoso y por ello se droga y bebe alcohol. Descubrir por qué es tan infeliz me dejó boquiabierta. La pareja de policías principal me ha dejado un pelín fría. Al principio me recordaban un poco a True Detective, pero después es como que me ha faltado más para conectar con ellos. Así como con Anna he sentido que me identificaba con ella, con estos dos personajes he sentido que se quedaban un poco planos.

Quizá lo que menos me ha gustado ha sido justamente el final y la resolución del caso. Después de 600 páginas leyendo, me esperaba algo más espectacular. Es obvio que nunca te esperas quien será (aunque yo venía un rato sospechando ya de X persona), pero me esperaba que sus motivos fueran más impactantes.

En resumen, si queréis leer un libro este verano que os engache, desde luego esta es una muy buena opción. Muchos personajes, muchas sospechas, muchos giros argumentales y muy bien escrito e hilado. 



Si os gusta... los thrillers al estilo Agatha Christie...¡este es vuestro libro!


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