Reseña: El legado de Catherine Elliot, de Gemma Camblor y Esther Gili

Gemma Camblor y Esther Gili (ilustraciones) | Lunwerg | 216 págs | 2018

Un libro une la vida de varios personajes femeninos a través del tiempo. La historia comienza con la joven que lo escribe a comienzos del siglo XIX. A partir de ahí un ejemplar irá pasando por diferentes mujeres hasta llegar al presente. Todas interactúan con el libro y dejan su huella en él, pero leerlo también las transforma a ellas. Una metáfora del amor por los libros y de la magia de la literatura contada a través de unos personajes fuertes y carismáticos que se rebelan ante los convencionalismos de su época. Si es cierto que un libro puede transformarte la vida, tal vez El legado de Catherine Elliot cambiará la tuya.

Desde que este libro salió a la venta tenía unas expectativas tremendas porque la portada me recuerda a Orgullo y prejuicio y los dibujos de Esther Gili me encantan. 

El legado de Catherine Elliot es un homenaje a varias cosas.

En primer lugar, homenajea a todas aquellas mujeres escritoras que tuvieron que verse renegadas a escribir y publicar bajo un pseudónimo masculino. Ante ello siempre siento mucha impotencia y frustración, porque a saber cuantos clásicos que alabamos estarán escritos por una mujer y no lo sabemos. Sin ir más lejos, Jane Austen y las hermanas Brontë escribían bajo un nombre de varón porque sino no se les tomaba en serio, no vendía, la gente no quería leer lo que escribían  las mujeres.

En segundo lugar, este libro emociona porque una obra literaria cuyo autor era una mujer fue capaz de ir pasando de generación en generación (un solo ejemplar), sobreviviendo incluso a guerras y a mil infortunios para por fin acabar en librerías y bibliotecas. Me emociona porque hace honor a la vida de Catherine Elliot, a su talento como escritora. Esa portada en la que ella está empapada bajo la lluvia y sus ojos brillan, congela el momento de inspiración del que surgió El legado. Es una ilustración con vida y que logra traspasar el papel. 

En tercer lugar, es un homenaje a la literatura. La capacidad que tiene el ser humano para captar emociones universales. Porque hay obras que aunque estén escritas hace siglos, siguen emocionando, inspirando y cambiando mentalidades y vidas. La capacidad del arte para quedar como constancia de algún hecho importante que no debería perderse en el tiempo. 

Y por último, los dibujos de Esther Gili aportan a la historia mucha vida y mucho sentimiento. Colores, trazos, ambientación, estilismos y sobre todo, las miradas de los personajes vivas y que transmiten ilusión, Brillo. Mujeres fuertes, valientes, emprendedoras. Todas en su época y situación lograron hacer algo importante, vivir a su manera haciendo lo que les apasionaba y homenajear a C. Elliot. Nosotras a la vez, también formamos parte de esa cadena. Nosotras le hemos dado vida a C. Elliot.